Hace un año, la física canadiense Donna Strickland y su colega Gérard Mourou recibían el Premio Nobel de Física. Juntos, habían demostrado cómo la luz intensa modifica la materia, y cómo la materia afecta la luz. Su descubrimiento revolucionó los estudios sobre el láser.
Su hallazgo tuvo múltiples usos que mejoraron, por ejemplo, la cirugía ocular y los procesos industriales. Sin embargo, Donna explica que esa transposición de la ciencia básica a la ciencia aplicada demoró más de una década.
Además, anticipa que aún quedan aplicaciones por desarrollar. En el futuro el láser de alta intensidad quizás podría usarse para extirpar partículas de tumores cerebrales o expulsar la basura espacial de la atmósfera terrestre.
Por eso, Donna, la tercera mujer en ganar el Nobel de Física en la historia y la primera en los últimos 55 años, insiste en la necesidad de invertir tiempo y recursos en la ciencia básica.
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