Con el cierre de escuelas y universidades para frenar el avance del COVID-19, la educación enfrenta nuevos desafíos: casi el 50% de la población estudiantil ya está alejado de las instituciones.
UNESCO ha desarrollado una serie de respuestas a esta situación: un grupo de asesoría para gobiernos sobre educación a distancia; reuniones virtuales con ministros de Educación; y la creación de la Coalición Mundial para la Educación COVID-19, desde la cual asesores buscan minimizar la pérdida de oportunidades educativas.
Entre las repercusiones del cierre de escuelas UNESCO ha listado: la interrupción del aprendizaje; el peligro para la nutrición; la desprotección ante situaciones inseguras; la pérdida de ingresos para quienes no trabajen por quedarse con sus hijos; la dificultad del acceso a las plataformas digitales de educación; la deserción escolar; el aumento de presión para las escuelas que permanezcan abiertas; y el aislamiento social.
Para observar un mapa actualizado de la interrupción educativa en los diferentes países elaborado por unesco, haga click aquí.
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