En los últimos 50 años la participación de las mujeres en el campo laboral ha aumentado del 20% al 65% en América Latina. Sin embargo, las condiciones de trabajo limitadas y poco flexibles les impiden lograr un balance entre las responsabilidades de la vida profesional y las de la vida familiar.
Según Andrea Proaño en su artículo La región necesita que más mujeres trabajen, pero ¿qué necesitan ellas?, sobre las mujeres suele recaer el peso del cuidado de las personas del hogar, así como también las tareas domésticas no remuneradas. Esta situación afecta sus posibilidades de insertarse en el campo laboral, ya que implica un esfuerzo extra para ellas llevar adelante una carrera y las exigencias que ello conlleva, y además la vida familiar.
Para empoderar a las mujeres ante esta situación, la autora propone dos aspectos clave que “tienen que ver con formular políticas públicas y empresariales que fomenten la flexibilidad laboral y fortalezcan los servicios de cuidado infantil y de las personas con dependencia”.
Conoce más sobre estas dos propuestas aquí.