«Es prácticamente imposible hacer que las personas dejen de utilizar el plástico. Necesitamos una tecnología para romper el material. Y que todo se vuelva biodegradable», Miranda Wang.
Las jóvenes científicas Jeanny Yao y Miranda Wang desarrollaron una bacteria capaz de transformar el plástico en CO2 y agua. Su objetivo inicial es limpiar las playas y océanos y también producir materia prima para prendas de vestir.
La transformación se produce en dos etapas en tan solo 24 horas. En una primera instancia, el plástico es disuelto y las enzimas lo catalizan, permitiendo que se convierte en fragmentos maleables. Luego, se colocan en una estación biodigestora, donde se finaliza el proceso.
Las estudiantes de tan solo 20 años de edad cuentan con las patentes y el financiamiento necesario para llevar adelante este proyecto, que vienen desarrollando desde la escuela.